JUAN RULFO, BAJO EL SIGNO DE TAURO
Por Robert Lobos*
La figura símbolo de la carta natal de Juan Rulfo me hace pensar en las alas de una mariposa. Una mariposa es símbolo de lo efímero de la alegría y la belleza. Su infancia es enlutada por la trágica muerte de sus padres y con bruscas interrupciones en su educación, su padre fallece en 1924 cuando Juan Rulfo tenía 7 años, en 1930, muere su madre cuando tenía 13 años, queda al cuidado de su abuelo en primera instancia y una vez que se traslada a Ciudad de México a los 15 años queda al cuidado de su tío,
- de renacimiento y resurrección, a la edad de 24 años Juan Rulfo, se dedica al montañismo, una de sus grandes aficiones, y comienza a tomar fotografías, con los años llega a ser considerado uno de los mejores fotógrafos de México y Latinoamérica, deja un legado de más de 7000 negativos,
- de ligereza, fue un incansable viajero, a partir de mediados de la década de 1960 y hasta su muerte, Rulfo viajó por toda Hispanoamérica y el mundo, dando conferencias en congresos literarios y entrevistas para medios de prensa,
- encarna la metamorfosis y las potencialidades del ser Juan Rulfo, de formación autodidacta, además de escritor, trabajó como guionista para el cine y la televisión fue fotógrafo, trabajó como agente de migración, vendedor de neumáticos, se desempeñó como asesor literario del Centro Mexicano de Escritores.
- de inmortalidad, su libro Pedro Páramo forma parte de la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX, por lo tanto, ha traspasado las barreras de su tiempo, por su trabajo literario logró un sinnúmero de reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Literatura otorgado por el gobierno federal de México en 1970.
Juan Rulfo nació el 16 de mayo en 1917 (5:00) en Apulco, Estado de Jalisco, en el centro-oeste de México. Al año siguiente, su familia se muda a San Gabriel, una ciudad cercana, en la que Rulfo pasa sus primeros años.
La figura de aspectos de la carta natal de Juan Rulfo es una figura dinámica con motivación triangular, todos los planetas de la carta natal de Juan Rulfo se encuentran posicionados hacia el lado del yo, es decir el espacio interior, en este espacio hay dos objetivos esenciales: la conservación y la manifestación del yo y, con mayoría de planetas en el hemisferio inferior y con mayoría de planetas en el primer cuadrante, cuya motivación principal es la autoconservación, su motivación vital es una motivación triangular, es decir, tiene la capacidad de adaptarse a las circunstancias de la vida, le interesa observar, experimentar y aprender.
Su triángulo de talento pequeño que con su conjunción Sol/Mercurio/Júpiter apunta hacia la casa 1, la cúspide del triángulo es siempre una aspiración hacia la meta pero, una vez que se han decidido por una cosa dedican todo su interés a la misma, todo fluye y sale bien de forma automática, Juan Rulfo comienza tempranamente a “ejercer” su vocación literaria, en la década de 1940, es decir, desde los 23 años, cuando comienza a publicar distintos cuentos en revistas literarias, cuentos que son compilados en el año 1955 dando origen a la primera edición del libro El Llano en llamas, vocación que desarrolló hasta el fin de sus días cuando fallece el 7 de Enero de 1986 en Ciudad de México, a los 69 años de edad.
Su casa 1 le exigía dar un paso al frente para hacerse ver, le hizo desarrollar una saludable capacidad de imponerse y promover cosas a fin de lograr ser la figura destacada que fue, Juan Rulfo con su Sol en la casa 1 no pasó inadvertido, consiguió sacar adelante su propósito en la vida, muy de la mano con su ascendente en el signo de Tauro, con el cual aprendió a avanzar en el camino, sin detenerse y sin desfallecer.
Juan Rulfo presenta cuatro planetas en su ascendente, en su cúspide de su triángulo de talento, el Sol cuya tendencia es hacer de su yo un yo autónomo, le entrega una actitud positiva y enérgica ante la vida, confía en su propia fuerza y muy pronto quiere tomar las riendas de su vida, Mercurio, que le da la capacidad de expresión intelectual por lo que fue capaz de expresar y comunicar a los demás a través de su obra su pensamiento, sentimientos y deseos, Venus que le entregó la expresión creativa y artística y Júpiter, que le permitió vivir siempre con una mente abierta y optimista para probar cosas nuevas, Júpiter le entregó el sentido de la inquietud y a la vez que también le permitió ser un catalizador de los cambios en su vida.
Es interesante detenerse en el pensamiento semilla de Tauro, signo presente en el ascendente de la carta natal de Juan Rulfo, “…veo, y cuando el ojo está abierto, todo se ilumina…”, en este sentido Juan Rulfo fue capaz de escudriñar un sinnúmero de elementos de nuestra realidad cotidiana, por ejemplo: la venganza, la soledad, la orfandad, la pobreza que cala el alma y los huesos, el remordimiento, el rencor, el silencio, en lo personal me llama profundamente la atención la permanencia del silencio en su obra, ese silencio que el propio Rulfo lo hace presente en su propia vida cuando declara “… no conocía a nadie, convivía con la soledad, hablaba con ella, pasaba las noches con mi angustia y mi conciencia…”, la muerte, se destaca desde el inicio de Pedro Páramo “…vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo, mi madre me lo dijo y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera…”, se inicia desde aquí un recorrido intrincado que nos hace transitar por caminos no acostumbrados, una mezcla de realidad e irrealidad, o más bien de total irrealidad, tal vez un viaje a lo más profundo de nuestra existencia. Juan Rulfo explora con detenimiento, rigor y profundidad esas emociones a flor de piel que pueden en cualquier minuto desatar un vendaval de pasiones y, que por cierto han acompañado al hombre desde los albores de su existencia sobre la tierra, emociones que exacerba por ejemplo en Miguel Páramo y Pedro Páramo, el perdón, la Virgen nuestra, nuestra madre, que no quiere saber nada de nuestros pecados; que se echa la culpa de nuestros pecados; la que quisiera llevarnos en sus brazos para que no nos lastime la vida, está aquí junto a nosotros, aliviándonos el cansancio y las enfermedades del alma y de nuestro cuerpo ahuatado, herido y suplicante. Ella sabe que cada día nuestra fe es mejor porque está hecha de sacrificios.
Juan Rulfo dice: la imaginación es infinita, no tiene límites, y hay que romper donde se cierra el círculo, hay una puerta, puede haber una puerta de escape, y por esa puerta hay que desembocar, hay que irse…, me hace pensar en Urano, (inteligencia creativa, espíritu libre), el «perfora huevos” descrito magistralmente en el libro “La Astrología y los 7 Rayos” de Bruno y Louise Huber, “…agujerea la cáscara del huevo para descubrir lo nuevo, rompe la cáscara del huevo desde el interior y busca en un nivel superior para encontrar una explicación a algo que desde el interior del huevo resulta incomprensible…, es curioso que Urano se encuentre situado en el signo de Acuario, en casa 10 (talento para transmitir ideas complejas a otros, capacidad de reestructurar la comunicación, innovación que regalas al resto de las personas) de la carta natal de Juan Rulfo.
No podría dejar de mencionar a la Luna en el signo de Piscis que le entrega una gran fantasía, lo polifacético de su obra, gran interés por el arte, en zona PR en el aislamiento, la soledad y el retiro en sí misma, regresa a la casa del Padre, para encontrar el núcleo interno, la patria primigenia, la causa de su existencia.
Por último, en un extracto de su pensamiento señaló: “… a los seres humanos nos intriga la metamorfosis y queremos ser capaces de transformar completamente nuestras vidas cuando no estamos conformes, de evolucionar y volar libres como las mariposas…”
*Robert Lobos es diplomado por la Escuela Huber Chile, y es parte del equipo de la escuela, si quieres saber más de él: https://astro-psicologia.cl/robert-lobos-psico-astrologo/