Luna Llena de Leo 2021
Nos complacería mucho contar contigo para la meditación de Luna Llena del mes de Leo. Llena el formulario https://forms.gle/CBocV6sRSkw6vdA1A y el link para la actividad te será enviado el mismo día 23/7 una hora antes.
Imagen de la carta Radix el día de Luna Llena
Para la Astrología Huber la información que nos entrega la Estructura de Aspectos EA es muy valiosa e importante pues nos da una globalidad y nos nuestra la motivación vital de cada individuo. La EA es lo más cercano al centro, a nuestra alma a lo más puro que hay en cada uno de nosotros, es algo así como nuestra huella galáctica digital. Ahí encontramos toda la información que necesitamos para nuestro desarrollo y autoconocimiento.
La estructura de Aspectos EA del día de la luna llena de Leo nos muestra un Rectángulo de Excitación, figura cuadrangular, verde y simétrica, simboliza una gran estabilidad de conciencia, se aspira a alcanzar un estado de espiritualidad continuo y a conseguir sucesivas expansiones de conciencia. Como figura cuadrangular esta tiende a resistirse al movimiento. Aguanta más la presión del exterior. En el rectángulo, la cualidad de excitación del rojo y el verde se mantiene de forma estable. Desde fuera solo se ve verde, lo cual indica una cierta inseguridad y, muchas veces, también una obligación de aprender a suavizar la tensión interna mediante un aprendizaje constante y una búsqueda permanente.
Por Sonia Alvarado. Diplomada por la Escuela Huber Chile y parte del actual equipo de la escuela, encargada de las Meditaciones de Luna Llena cada mes: https://astro-psicologia.cl/sonia-alvarado-psico-astrologa/
El Signo de Leo
Extraído de “Los signos del zodiaco, Reflexiones y Meditaciones”, de Louise Huber.
Cruz: Fija/Temperamento: Fuego
Regente exotérico: El Sol / Regente esotérico: El Sol
Pensamiento semilla:
“Yo soy ese y ese soy yo”
De la conciencia colectiva a la conciencia individual. Ahora en Leo, nos percibimos por primera vez como algo individual y diferenciado de los demás. La conciencia de la masa o conciencia colectiva se convierte en conciencia individual en Leo.
Leo es un signo de fuego y todos los signos de fuego tienen que ver con la transformación y el desarrollo del yo. En Leo, el individuo se libera de su pertenencia al colectivo y se convierte en un ser individual y autosuficiente. Se hace cada vez más consciente de su identidad y está deseoso de tener oportunidades de expresión individual. Crea su propio espacio vital y sale al mundo en busca de experiencias. Aprende a llevar a cabo cada vez mejor la presentación y la realización de su propio yo.
El fuego tiene una conexión oculta con el Yo interior, la chispa divina del corazón que estimula el desarrollo del ser humano hacia la autoconciencia. Y en el signo Leo, como en todos los signos del mismo elemento, el fuego actúa como un impulso dinámico hacia el desarrollo.
Leo debe aprender a conocerse a sí mismo mediante el desarrollo de una correcta autopercepción. Solo así podrá llegar a conocer su verdadero yo y también el de sus semejantes. Para conseguirlo debe liberarse de las ataduras del colectivo y salir al mundo a experimentar su YO. En Leo debemos descubrir lo que es la verdadera autoconciencia, esta se muestra cuando una persona es consciente de su fuerza interna y de su propio potencial creativo, cuando conoce el significado y el propósito de su vida y cuando tiene una vida auto dirigido y un programa de vida desarrollado y definido. Por esta razón también es esencial comprobar constantemente si se está viviendo solo para uno mismo o también se hace algo para los demás, es decir, si se muestra real interés por los otros, dedicándose a ellos y proporcionándoles parte de la propia fuerza interior.
Una autoconciencia desarrollada supone la existencia de inteligencia, de percepción mental y de un cierto grado de integración. Cuando Leo es motivado y alimentado por su ser interior, irradia una alegría de vivir autentica y benefactora, sobre todo en entornos que lo necesiten y en los que su fuerza y asistencia sean requeridas y apreciadas.
Como un sol, Leo puede dirigir el fuego solar o las fuerzas solares que fluyen a través de el hacia los demás, alentarlos y consolarlos con palabras llenas de amor, y despertar en ellos ánimo y fe en las propias fuerzas y posibilidades. Así como el sol mantiene a los planetas en sus orbitas, Leo puede atraer a sus semejantes, dirigirlos y guiarlos de forma magnética, regalándoles su calor, su alegría de vivir y su fuerza.
El Sol rige a Leo en los tres planos: físico, emocional y mental. Los individuos Leo que han avanzado considerablemente en su proceso de desarrollo son portadores de luz y la irradian a su entorno. El calor de sus corazones llega a sus semejantes. El Sol (el regente) es la fuerza que trabaja desde su interior hacia su exterior y les permite saber que es lo importante y esencial en la vida.
Leo está dispuesto a afrontar el riesgo de la autoexperiencia y a dinamitar sus barreras restrictivas con la fuerza solar interna de su corazón.
Leo experimenta su propio Yo en el encuentro con los demás, participando en grupos o en relaciones de amor auténticas, y en ese proceso sufre profundas transformaciones interiores ocasionadas por el amor. El corazón está regido por Leo y, precisamente, el centro del corazón es lo que debe desarrollarse. Cuando Leo despierta al verdadero y autentico amor es capaz de mantener relaciones humanas en las que no persigue ni la posesión ni el poder ni la utilización del otro, sino que pretende dar y tomar al mismo tiempo (lo mismo que hace el corazón al latir). Más allá de la vanidosa auto admiración o del temeroso encerrarse dentro de sí mismo, Leo puede darse cuenta de cómo es en realidad a través de sus propias reacciones en las relaciones con los demás y mediante la auténtica experiencia del amor: el amor necesario para toda transformación o autentica auto experiencia.
La tarea más importante de Leo consiste en desarrollar la capacidad de reacción sensible de su corazón y cultivar el auténtico amor. De esta forma, desde el centro de su pequeño universo, es sensible a los impulsos del exterior y a las necesidades de los demás, a quienes dedica su corazón y abre su conciencia.
El símbolo del Sol está formado por un punto focal situado en el centro de un círculo que lo encierra. De la misma forma, el yo (la autoconciencia) debe estar preparado para irradiar desde este punto focal hacia su entorno, expandiendo continuamente su radio de acción.
Leo es dos cosas simultáneamente: núcleo interno y entorno. A través de la experiencia consiente de su propio yo, Leo desarrolla una sensibilidad espiritual que lo capacita para percibir y entrar en contacto con el verdadero yo de los demás. En todo el universo, la conciencia, la capacidad sensible del alma o la fuerza del amor es el agente que subyace en la base del plan de la creación y que mantiene el desarrollo y la evolución en marcha. La meta de toda la evolución humana es la autoconciencia, de ahí que el Sol (símbolo de la autoconciencia) sea el regente tanto exotérico como esotérico del signo de Leo.
Como ya hemos visto, Leo debe desarrollar la sensibilidad no solo hacia su propio yo superior sino también hacia el de sus semejantes. Esta refinada sensibilidad debe expandirse hasta que sea consciente de la unidad de todas las almas en el sentido de la frase: “Todos los hijos de los hombres son uno en el corazón” o, como se expresa en sanscrito: “Tat wam asi” (yo soy ese y ese soy yo).
¡Feliz Plenilunio Y Amor para la Humanidad!
La Gran Invocación (adaptada)
Desde el punto de luz en la mente de Dios, que afluya luz a las mentes de los humanos,
Que la luz descienda a la tierra.
Desde el punto de amor en el Corazón de Dios, que afluya amor a los corazones humanos, que aquel que viene retorne a la tierra.
Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida, que el propósito guie las pequeñas voluntades de los humanos, el propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los humanos que se realice el plan de amor y luz y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el plan en la tierra.
OM OM OM