Me entrego totalmente a la vida de mi alma… que fluye dentro de mi… en plenitud… Desde muy dentro de mi manan corrientes… de las más elevadas fuerzas de conciencia… y buscan tomar forma… Mientras que desde lo alto… fuerzas cósmicas de luz… también fluyen hacia mi… Entonces las dos corrientes de fuerza se encuentran en mi interior… Soy como el cauce de un río… por el que fluyen corrientes cósmicas de vida…
Medito… en calma… sobre el pensamiento semilla de Libra:

Elijo el camino que pasa entre las dos
grandes líneas de fuerza.

En mi interior siento el silencio… sagrado… imagino, visualizo o siento ante mi… un sendero de luz blanca… muy estrecho y recto… como si fuera una cuerda tensa o un listón de madera… al final del sendero… hay una puerta de oro blanco… cerrada… Lentamente pongo un pie en el sendero de luz… e intento mantener el equilibrio… y entonces… pongo el otro pie… y así… manteniendo mi mirada fija en la puerta al final del camino… lentamente… voy poniendo un pie delante del otro… con los brazos extendidos… para ayudarme… mantengo el equilibrio por el “sendero del filo de la navaja”…

Una fuerza mágica emana de la puerta al final del camino… me atrae… cada vez con más fuerza… me envuelve y mantiene en equilibrio… con firmeza… sostengo la mirada y avanzo… a medida que me acerco… me doy cuenta que la puerta tiene dos hojas… que se abren… y aparece una luz brillante… que ilumina el camino… por el que avanzo… cada vez con mayor confianza…
Ahora… me encuentro ante mi propia alma… mi verdadero yo… mi personalidad y mi alma… son… en esencia… una realidad única… no hay dualidad… no hay separación… sólo unidad… hijo (a) de Dios en manifestación… emito un OM inaudible… Luego… lentamente… llevo la vida y la luz del alma de nuevo a mi cuerpo… observo como esa luz penetra mi cuerpo y nutre mi personalidad… y allí… ilumina mis pensamientos… calma mis emociones… y fortalece y estimula mi cuerpo físico…
Ahora… mentalmente… envío una corriente de amor… fuerza… y luz… a todos los que sufren y buscan… en el mundo… Soy Uno (a) con toda la vida… con todos los seres… Se que un espíritu me sostiene… y afirmo:

Soy uno con mis hermanos de grupo y todo lo que tengo es también suyo.
Que el amor de mi alma fluya hacia ellos.
Que la fuerza que hay en mi los eleve y los guíe.
Que los pensamientos que mi alma crea los alcancen y le den valor.

Un eco de gratitud y amor retorna… despierta en mi una alegría… y una felicidad… que acepto… abiertamente… Desde esta alegría amorosa… creamos entre todos un sendero de luz… que se extiende… desde la humanidad hacia la fuente en que reside el Amor de Dios…
Ahora toda esta energía la dirigimos… hacia la humanidad… esa corriente de energía viva… de luz… amor… y voluntad creativa… fluya hacia la conciencia de todos los seres humanos y se extienda… como si fuera… una red de infinitos puntos… de luz… distribuidos alrededor de nuestro planeta…

 

Lentamente levantamos las manos… y recitamos La Gran Invocación…
Finalizamos repitiendo OM OM OM

Respiramos profundamente… estamos en paz.