Luna Llena de Piscis
Con los ojos semi cerrados, aquietamos la respiración, nos hacemos conscientes de nuestro cuerpo, nuestras emociones y pensamientos… Dejo que el foco de la consciencia se deslice…dentro de mi cabeza… muy lentamente… como un caracol… voy bajando… entre mis mandíbulas… a través del cuello… y me detengo en la parte alta del pecho (en el timo)… y luego llego al corazón… allí descanso… y establezco mi ser… emito un OM inaudible en mi interior… que como las olas… el sonido desplaza todos los pensamientos… deseos y preocupaciones… hacia fuera… lejos de mi consciencia…
Entonces en mi interior… crece un punto de profunda paz… que se expande como un espacio vacío… me rodea… y me protege…
El tiempo se ha detenido… y puedo entregarme completamente a este silencio que me conecta con la eternidad… con todos mis sentidos escucho en mi interior… percibo lo que se anuncia y quiere crecer dentro de mi… entonces… me veo ante un camino largo… estrecho y oscuro… donde al final hay una luz… de la luz se distingue una forma luminosa que me hace señas… avanzo por el camino… la figura me llama por mi nombre… y eso me conmueve…. la emoción me embarga cuando percibo que me mira a los ojos y me dice… “has llegado… ven conmigo”… y juntos caminamos hacia la luz… Meditamos sobre el pensamiento semilla:
“Abandono el hogar del Padre y, al regresar, salvo”
Siento que estoy en unión con todo lo que está vivo… imagino que alzo una copa en conjunto con todos quienes meditan conmigo en este instante… ya sea estén cerca o lejos de mi… invocamos las energías de luz y amor y visualizamos como esas energías afluyen a nuestra consciencia… y recitamos el mantra de unificación:
Los hijos de los hombres son uno
y yo soy uno con ello.
Trato de amar y no odiar,
trato de servir y no exigir servicio,
trato de curar y no herir.
Ahora dejamos que las cargas de la humanidad descansen en nosotros… las recibimos y elevamos sobre nuestras cabezas y pedimos ayuda… imaginamos, sentimos o visualizamos que esas cargas son absorbidas por la Madre Tierra para ser recicladas… Finalizamos recitando La Gran Invocación.